Los Estúpidos y los que nos Vacunamos
“Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo”.
Albert Einstein
Este verano 2021 me he dado gusto leyendo tantas estupideces sobre dos cosas: a.) Economía y b.) Vacunas Covid 19.
Leo mucho en redes sociales sobre el Bitcoin, la inflación, chicas mostrando las tetas para tener más seguidores, letras del tesoro y preferencias políticas. Por supuesto, también leo mucho sobre Covid 19, que eso se ha convertido en menester diario como ir al baño.
A veces trato de bajar al nivel del pueblo y ver las cosas como las ven los simple humanos, pero rápidamente vuelvo a mi nido de cuervos para criticar a quienes creen en fantasías e historias de un apocalipsis; es algo que lo he adoptado como pasatiempo y me ha dado mucha paz mental. (Sigo con el sarcasmo)
Para aquellos que no me conocen, debo anticiparles que soy salvadoreño y vivo en Madrid, España. Estoy casado con una británica y nos encanta viajar lo que me ha dado mejor perspectiva para poder escribir sobre ciertos temas de interés internacional. Vivo sumergido en redes sociales desde que empezó la pandemia lo cual me ha enfermado, pero a la vez me ha hecho más fuerte. Me ha abierto los ojos y me ha permitido ver la estupidéz humana.
Empiezo con los problemas políticos y económicos que acaecen en estos tiempos y les pongo de ejemplo a mi querido El Salvador. En el 2019 llegó al poder un presidente joven mas no del todo inexperto ya que tenía experiencia como alcalde de un municipio y de San Salvador. En los primeros 6 meses tuvo muy buenas reseñas sobre su mandato y la dirección que había tomado para llevar al país. Lastimosamente, nos llegó la maldita pandemia en marzo del 2020 y eso detuvo muchos proyectos, la economía se desplomaba lentamente y las inversiones tuvieron que cambiar de rumbo.
¿Te suena familiar? ¡Claro! Es lo mismo que estaba sucediendo en la mayoría de paises alrededor del mundo. Como en una película de ciencia ficción, las calles de muchos paises se vieron desoladas por varios meses. Surgieron toques de queda, más prohibiciones con respecto a la circulación vial y peatonal. Mucha gente puso el grito en el cielo, odiaban ser prisioneros. Peor aun, odiaban hacer los que el Estado mandaba. Fué aquí donde los gobiernos se convirtieron en dictaduras, donde la población se volvió sumisa y donde empezó a fallar la salud mental.
Se veía gente aplaudirle a los trabajadores de salud, siempre a la misma hora; se oía como cuando empieza a llover, a lo lejos las primeras gotas hasta que se escuchaba una tormenta de aplausos por mas o menos cinco minutos. En los hospitales se oía la famosa canción de “Duo Dinámico” (Sobreviviré) cuya versión original es de Gloria Gaynor y cantada en inglés, por supuesto! Pero muchos lo vieron como una adoctrinación, tal vez como una farsa de los gobiernos para mantenernos encerrados y callados sobre lo que podía estar sucediendo a nuestro alrededor. Posiblemente, eran los mismos gobiernos moviendo drogas, lavando dinero… ¡que se yo! Lo importante era crear historias absurdas para mantenernos entretenidos.
Milagrosamente, nos dejaron libres! pero los gobiernos nos han exigido usar bozal, ahora debemos usar una mascarilla que no es necesaria porque la mayoría creían que en el tiempo de encierro, el virus habría desaparecido. Nuevamente, los gobiernos nos someten a historias ridículas de un virus inexistente (De acuerdo al vulgo, por supuesto)
En Madrid, Pedro Sánchez nos dice que habíamos derrotado al virus y que todo volvería a su normalidad. Mientras tanto en El Salvador, Nayib Bukele continuaba con las fronteras cerradas, con la gente encerrada y con medidas drásticas para todo aquel que ingresara al país. “No es más que un puto dictador” decía mucha gente. La imagen de aquel presidente joven con ideas futuristas se había convertido en un dictador despiadado porque había coartado la libertad de los inmunes salvadoreños, los todo-poderosos que resistían a las peores pestes. Lo que no sabían es que esto no era dengue o chikungunya, ni siquiera la tifoidea había sido tan mala como este virus.
Noticias alarmantes sobre un virus nuevo, un encierro por varios meses y el uso de una mascarilla todo el tiempo… ¿Qué más podría pasar? Y pasó… nos vino una vacuna que nos daba la esperanza de vivir ante tal virus apocalíptico. Pero la gente no se iba a quedar quieta, tenían que protestar… Ahora, ¿Por qué debemos vacunarnos? ¡Simple! Para que no te mueras. Pero la gente insistió, “Yo con mi cuerpo hago lo que quiera y si no quiero una vacuna, no me la pondré”… Miren corazones (lo digo yo)… a todos, incluyendo a Dios, nos vale un comino si se mueren por imbéciles; el propósito de vacunar a la mayoría es para no enfermar a la gente más vulnerable. Se los juro, se han muerto millones de personas y el mundo sigue su curso; si se llega a morir la población negacionista ¿creen que el mundo se va a detener? ¡No!
Ahora, dejemos a un lado el apocalípsis y hablemos de la economía. “La economía está mal y los negocios no se ven surgir de esta pandemia”. Miles de personas quedaron desempleadas sin poder optar a un empleo nuevo. En España existe el “paro” (Ayuda económica del gobierno mientras se está desempleado) que conste que esto lo ha pagado el trabajador. Existe el “ERTE” un contrato especial que se suspende tu contrato de trabajo pero recibes un sueldo “simbólico” mientras estas desempleado. En El Salvador no existe tal cosa, pero el gobierno brindó ayuda económica a muchas familias que se vieron afectadas; no solamente dió dinero, sino, un paquete de granos básico y otros alimentos enlatados. Pero la gente tiene un pasatiempo infelíz llamado “Quejas”. Se quejaron que la comida no era buena, que $300 no eran suficientes. Si supieran los salvadoreños que en España el ERTE daba una ridícula cantidad de 150 euros mensuales a muchos trabajadores y nunca el gobierno dió alimentos.
Creo que hasta aquí he cumplido con describir la estupidéz humana. Sin embargo, me falta el último punto: Las vacunas Covid 19.
Hace dos días vi en YouTube como protestaban en Francia por la obligatoriedad del pasaporte Covid. La gente simplemente odia que el gobierno les imponga algo, no importa si es para su propio beneficio, protestarán. Por lo que comenté “No me sorprendería si empezaran a protestar los negacionistas en Madrid” (Y les juro que no me esperaba una respuesta tan imbécil) alguien respondió: “Típico comentario de un SOCIALISTA”… FAAAAKKKKKK !!!! Les juro que no entiendo como despilfarran estupidéz. ¿Acaso creen que al decir más idioteces se les va a acabar los idiotas? NOOOOOO!!!!! O sea que si me vacuno soy socialista y si no te vacunas eres FACHA?
Damas y caballeros, hasta aquí llego yo con mi reporte. En la vida existen dos tipos de criaturas: Los que se adaptan y sobreviven y los imbéciles que sobreviven gracias a los que nos adaptamos. Así podemos ver que los dinosaurios eran criaturas enormes y fuertes pero no lograron sobrevivir, sin embargo, seres más “pequeños” sobrevivieron y evolucionaron. Soy Emil Klein y les envío un fuerte abrazo. ¡Cambio y fuera!